miércoles, 1 de agosto de 2012

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Todos nosotros estamos acostumbrados a la típica historia de amor, esa que vemos desde nuestro sillón, o con nuestros amigos en las butacas del cine, o incluso desde nuestra cama con los cascos puestos. Esas películas que nos llenan de alegría, y es casi de una forma inmediata. Dónde chico conoce a chica. Chica ilusa, soñadora y sin experiencia en el amor. Chico guapo, malo, atractivo y sin ningún tipo de compromiso, y al instante ,con solamente una mirada entre ellos, sabes que en el final de la película los dos estarán juntos, sin ninguna duda.

Todos nosotros soñamos con ese amor, con alguien que aparezca de la nada y se convierta en nuestro TODO, y cuanto mas desconocido y lejano sea, más fácil para nosotros. Un amor tan ficticio como real, esa clase de amor en la que piensas antes de irte a dormir, y que estás seguro que llegara, no sabes cuando, pero llegara, y será perfecto, toda la escena irá a cámara lenta, y tendrás un lugar, una fecha, y un nombre.
Esta no es una historia de un amor a cámara lenta, un amor que puede con todo, esta no es la típica historia de amor que verías en el sillón, o con vuestros amigos en las butacas del cine, ni incluso desde vuestra cama con los cascos puestos. Este amor es diferente, no es un amor de película, pero, ¿Quien quiere un amor de película si ni siquiera dura más de dos horas?