Todos
nosotros estamos acostumbrados a la típica historia de amor, esa que
vemos desde nuestro sillón, o con nuestros amigos en las butacas del
cine, o incluso desde nuestra cama con los cascos puestos. Esas
películas que nos llenan de alegría, y es casi de una forma
inmediata. Dónde chico conoce a chica. Chica ilusa, soñadora y sin
experiencia en el amor. Chico guapo, malo, atractivo y sin ningún
tipo de compromiso, y al instante ,con solamente una mirada entre
ellos, sabes que en el final de la película los dos estarán juntos,
sin ninguna duda.
Todos
nosotros soñamos con ese amor, con alguien que aparezca de la nada y
se convierta en nuestro TODO, y cuanto mas desconocido y lejano sea,
más fácil para nosotros. Un amor tan ficticio como real, esa clase
de amor en la que piensas antes de irte a dormir, y que estás seguro
que llegara, no sabes cuando, pero llegara, y será perfecto, toda la
escena irá a cámara lenta, y tendrás un lugar, una fecha, y un
nombre.
Esta
no es una historia de un amor a cámara lenta, un amor que puede con
todo, esta no es la típica historia de amor que verías en el
sillón, o con vuestros amigos en las butacas del cine, ni incluso
desde vuestra cama con los cascos puestos. Este amor es diferente, no
es un amor de película, pero, ¿Quien quiere un amor de película si
ni siquiera dura más de dos horas?