martes, 8 de febrero de 2011

Unicamente tu.

-Necesito que nos demos un tiempo.

Le miro fijamente a los ojos. No le reconozco, ¿Dónde esta la persona a la que quiero?, ¿Dónde se esconde?

-¿Qué…?

-Violeta-aparta su mirada-lo siento…

No me lo puedo creer, hace solo unos días descansaba en sus brazos soñando despierta una vida junto a el, y ahora…un tiempo. Cierro fuertemente los ojos, intentando que no caiga ninguna lágrima de dolor, pero demasiado tarde, ya han empezado a caer, recorriendo mis acaloradas mejillas, ahora alborotadas por el contacto doloroso de mis lágrimas hambrientas de ira.

Acerca lentamente su mano, apartando una lágrima. Mi cuerpo se estremece en un escalofrió. Abro a los ojos, y le vuelvo a mirar fijamente. Allí esta el, observándome, queriéndome aun con sus ojos, deseándome aun con sus labios, pero ahora mas lejos que nunca.

-¿Por qué?

Se acerca más a mí, posando su aliento en mi pecho. Me agarra las manos, suavemente.

-No lo se.

Vuelvo a cerrar los ojos, y una nueva ola de recuerdos se abalanza sobre mi, fuerte, dura, pero intento volver a la realidad, apartando los recuerdos, por lo menos por ahora.

Despacio, pero sin delicadeza separo sus manos de la mías, esas manos que tantas veces han recorrido mi cuerpo en busca de algo que ya nunca vendrá.

-Violeta, yo te quiero, solo necesito tiempo.

Me doy la vuelta, no quiero volver a verle.

-¡Violeta!-chilla-Violeta, no te vayas.

Demasiado tarde.

-¡Yo te quiero!

¡Joder, no puede irse de una vez de mi vida, no puede perderse entre mis recuerdos, no le quiero aquí!

-¡TE QUIERO!

Me agarra del brazo. Me doy la vuelta, con los ojos llenos de lágrimas y el corazón roto del dolor.

-¡Si me quisieran no necesitarías un tiempo!

-Eso no tiene que ver-se acerca más y más a mi, haciendo que nuestra respiración se acompase, sus labios buscan a los míos, y los míos tontos los quieren con todas sus fuerzas-Yo te quiero, solo necesito saber cuanto.

Ya es suficiente. Me vuelvo a dar la vuelta, y comienzo a andar mucho más rápido que antes.

-¡Violeta, por favor!

¡DESAPARECE, VETE, ESFUMATE!

-¡Te quiero!

¿Por qué me haces esto?

-No te vayas…

Por favor…

-¡Por lo menos dime algo!

Me freno de golpe.

Respiro. Me dio la vuelta.

-Tiempo.

Y me voy rápidamente para no verle más, para olvidar este día, para perderme entre mis recuerdos, para llorar sin sentirle en mí.

Lo que el no sabe es que el tiempo puede ser para siempre.

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